Overblog
Seguir este blog Administration + Create my blog

Presentación

  • : Orientación Laboral
  • : El blog de Pachi Blanco
  • Contacto

Perfil

  • Orientación Laboral: Ofertas De Empleo Público Y Privado
  • Docente y orientadora laboral.
  • Docente y orientadora laboral.
28 abril 2011 4 28 /04 /abril /2011 13:52

Hace veinte años, el reloj biológico de las mujeres que no habían tenido descendencia asomaba a partir de los veinticinco años. Hace unos pocos años, este hecho acontecía cuando las mujeres se acercaban a la treintena. Actualmente, en la mayoría de los casos, es a partir de los treinta y cinco años cuando empieza a manifestarse el reloj biológico.

El reloj biológico no es más que una metáfora para indicar las diferentes etapas de la vida de los seres vivos y, de una forma más concreta, de la vida reproductiva de las mujeres. Es en este momento cuando la campanilla de la maternidad llama a la puerta de las mujeres, muchas veces llama en el mejor de los momentos, cuando éstas tienen pareja estable y una carrera profesional sólida y dilatada.

No obstante, no siempre sucede así, la llamada de la maternidad llega cuando no hay pareja estable, ni carrera profesional, ni siquiera trabajo. Aquí surgen los problemas de frustración e impotencia en las mujeres que desean ser madres, pero no tienen ni tiempo ni medios para lograrlo. Hay ocasiones en las que no se manifiesta, no llama a ninguna puerta. Debemos tener en cuenta que este hecho es cada vez más habitual. Mujeres con cuarenta años que no han tenido hijos y, lo más destacado, nunca han tenido la necesidad de tenerlos. Este tipo de mujeres siempre han sido muy criticadas, no han querido disfrutar de las ventajas de la maternidad. Pero hay que subrayar que la maternidad no solo tiene ventajas y que cada persona debe ser libre a la hora de tomar una decisión de tal importancia.

Lo más importante del reloj biológico, de la necesidad de ser madre o de la necesidad de no serlo, es que cada mujer pueda cumplir sus deseos sin presiones de ningún tipo. Las que quieran tener hijos, independientemente del motivo principal del deseo, que los tengan. Por el contrario, las que nunca han querido ser madres, que no lo sean. Y que ni unas ni otras sean juzgadas por una decisión tan personal y particular como la maternidad.

Antarctica: IceStock 2011
Compartir este post
Repost0